Las familias con niños pequeños suelen estar muy ocupadas. Los calendarios están repletos de tantas actividades extracurriculares, clases y fiestas de cumpleaños, que parece un milagro que los niños tengan tiempo para comer, dormir y terminar los deberes. Y mientras los niños están tan ocupados, ellos, y nosotros, estamos cada vez más desconectados ya que también nos distraemos con nuestras pantallas. 

Los padres de hoy en día están buscando formas de restablecer la conexión, de mantener a los niños con los pies en la tierra y agradecidos y de luchar contra la creciente marea de negatividad en el mundo. El voluntariado familiar es la respuesta, ya que es una forma comprobada de lograr estos objetivos para tu propia familia, y de mejorar la vida de los demás en tu comunidad.

El voluntariado en familia te ayudará a criar niños compasivos y empáticos, con la ventaja añadida de crear cálidos recuerdos familiares. Pero ¿cómo pueden encontrar el tiempo, con todos los demás compromisos que se acumulan en su agenda?

Hay muchos beneficios científicamente probados de ser voluntario. Los niños que hacen voluntariado son más felices y están más conectados con su familia. Obtienen mejores resultados en la escuela y son menos propensos a probar cosas de riesgo como consumir drogas, beber y tener relaciones sexuales. Pero decir "sí" al trabajo voluntario significa decir "no" a otras cosas. Requiere un poco de planificación, algo de creatividad, una mente abierta y, lo más importante, un sentido de propósito. 

Darle prioridad al servicio le muestra a tus hijos que ayudar a los demás es importante, tan importante como el fútbol, las clases de piano o cualquiera de los otros compromisos que llenan el calendario.  Aquí te ofrecemos algunos consejos y trucos que te ayudarán a encontrar tiempo para hacer voluntariado con tus hijos.

1. Empieza pronto para crear hábitos de bondad que duren toda la vida.

Incluso los niños más pequeños pueden realizar proyectos de voluntariado en casa, o acompañar a sus hermanos mayores y a sus padres en salidas especiales, como la entrega de alimentos a un banco de comida o la limpieza de un parque local. Si se empieza cuando los niños son pequeños y se incorpora el servicio a las rutinas diarias, la generosidad se convertirá en un hábito, entrelazado en el tejido de la vida familiar.

2. Deja que el calendario escolar, las vacaciones y las estaciones te ayuden a crear nuevas tradiciones familiares en torno al voluntariado.

Al final de cada mes, tómate unos minutos para identificar los próximos días festivos, los días libres de la escuela y las celebraciones de acontecimientos familiares en los que podrían realizar un voluntariado juntos. En el cambio de estación, trabaja con los niños para clasificar la ropa usada y gastada para donarla a niños necesitados. 

Al final del verano, organizan un puesto de limonada y donen el dinero recaudado a la investigación del cáncer infantil, o llene unas mochilas con material escolar esencial para los niños que no puedan comprarse una mochila nueva. En otoño, busca un comedor social al que puedas donar pavos o productos enlatados para Acción de Gracias. 

A medida que las fiestas de invierno de Navidad y Hanukkah llenan el calendario de festividades, encuentren la oportunidad de hacer realidad los deseos de los niños necesitados a través de campañas de recolección de juguetes o programas de "adopción de una familia". Lo importante es encontrar un proyecto que resuene en su familia y asegurarse de incluir la actividad en su calendario cada año.

3. Incluya el servicio en las cosas que ya está haciendo.

Si tu hijo es el anfitrión de una cita de juego con algunos amigos, incorporen una actividad de bondad a su tarde de diversión. Los niños pueden hornear galletas y crear tarjetas alegres para entregarlas en la estación de bomberos local, en el departamento de emergencias o en una residencia de ancianos. 

Cuando planifiques la fiesta de cumpleaños de tu hijo o cualquier otro acontecimiento importante, pídale que elija una ONG a la que le gustaría apoyar con su celebración y proponle que pida donaciones en lugar de regalos.

4. Prueba las actividades de "bondad en la mesa de la cocina" en casa.

No se necesita mucho para que los niños participen en actividades de bondad. Con unos lápices de colores y una cartulina, un niño puede escribir una carta o hacer un dibujo para un anciano solitario, un soldado o un niño hospitalizado.

5. Practica actos de bondad a lo largo del día. 

Cada día presenta innumerables oportunidades para practicar la bondad con los niños. Cuando vayan al supermercado, proponga recoger alimentos para un vecino que no pueda salir de casa. Lleva una taza de café caliente al controlador de transito en un día frío (o una bebida fría durante una ola de calor). Recoge la basura mientras caminas por tu barrio. Sujeta la puerta y sonríe a la siguiente persona que pasa por la entrada. Deja que tus hijos dejen unas monedas en el tarro de las propinas de la cafetería. Los pequeños ojos y oídos de tus hijos siempre están observando y escuchando la forma en que interactúas con los demás.

Encontrar tiempo para el servicio en familia te permite vivir tus valores al mismo tiempo que difundes la alegría en el mundo. Los niños se sienten orgullosos de servir y de saber que ellos también pueden ayudar. No hay una fórmula mágica: sólo hay que tener el corazón abierto, darse cuenta de que los demás necesitan ayuda y ser un modelo de bondad para tus hijos. Todos los días, y en todas las agendas ocupadas, siempre hay tiempo para hacer el bien con tu familia.

Natalie Silverstein es escritora, oradora y consultora sobre el servicio de la familia y los jóvenes. Es autora de Simple Acts: The Busy Family's Guide to Giving Back (En español: Actos sencillos: La guía de la familia ocupada para ayudar a los demás), una guía de recursos para ayudar a familias jóvenes a encontrar tiempo para el voluntariado y los actos de bondad en sus vidas ocupadas.

Traducido por Jennifer Cajina Grigsby.
 

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